Vaya empanada tengo , y no me refiero a la que normalmente tengo en lo días de sur en Santander.
En este caso mi oda por la empanada gallega:
masa dulce que encierra el deleite de unos pimientos rojos frescos, una cebolla pochada y un bonito suave al paladar; es por ti que mis tripas rugirán con voracidad ante el aroma amasado de alimentos terrenales y del mar, rogaré comerlo con la calma del viento tornar pues sin ti no hay siesta que pueda disfrutar.
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